La ruta de la seda - Esa nueva feminidad emergente

Nuestra colaboradora y coolhunter Belén Torregrosa, escribe de nuevo y en exclusiva para TrendsLabBCN. Cualquier cosa que añada yo, es perder el tiempo.... saboread cada una de sus palabras... ¡¡¡son deliciosas!!! 

“Cogí un trozo de la preciosa tela de Ch’i, seda blanca brillante y pura como rocío sobre la nieve, y te hice un abanico de armonía y gozo, tan perfectamente redondo como la luna llena. Llévalo siempre bajo la manga, agítalo y te dará una brisa refrescante. Espero que, cuando vuelva el Otoño y el viento del Norte se lleve el calor, no lo dejes guardado entre antiguos regalos y lo olvides, antes de desgastarlo”. La Dam P’an, poema chino popular, en Kenneth Rexroth, “El amor y el tiempo y su mudanza”.

La Seda, ese tejido brillante, suave y maravilloso, es tan antigua como este poema chino popular. Cuando los romanos la descubrieron, allá por el 110 a.C, se enamoraron de su incomparable tacto. La ruta, que vivió su auge en torno al siglo XV -¿te acuerdas de Marco Polo?-, fue bautizada con el nombre de la Seda porque, de entre todos los materiales que se transportaban de Asia a Europa -piedras preciosas, lana, ámbar, marfil, especias, vidrio...- éste era el bien más preciado.

Si tuvieras que hacer una asociación de ideas, ¿qué vendría a tu mente al pensar en la seda? Probablemente el concepto de feminidad no tardaría en llegar. Y no es casualidad: La moda de los últimos tiempos viaja de la mano de la delicadeza, la búsqueda de la armonía en el día a día. Una feminidad vivida como experiencia sensorial, que se hace realidad con los complementos, esa palabra mágica, capaz de transformar un look insípido en una imagen muy especial.

En busca de la tendencia 

El concepto “tendencia” es lo más parecido a un maxibolso: es tan amplio, que uno corre el peligro de perderse en él. Para comprenderlo, ayudaría llevarse la palabra “tendencia” a la carnicería y pedir que nos la trocearan, porque así podríamos distinguir todas sus parte.

El Future Concept Lab, el laboratorio italiano que acuñó el término “Coolhunting” en 1992, basa su metodología de observación de las tendencias en cuatro grandes conceptos: el macroframing, el microframing, el colectivo imaginario y el Genius Loci (el talento del lugar).

El “Macroframing”, 

hace referencia a tendencias de largo plazo que predominan en diferentes sectores de la sociedad. Esta nueva feminidad emergente no ha surgido de un día para otro y viene de la mano de otros fenómenos importantes como el Storytelling, la experimentación física con los productos que compramos, la sensibilidad selectiva y la fascinación que produce el consumo de determinados productos.

¿Un ejemplo? Hermés y su proyecto “J’aime mon carre”: un fotógrafo, un director de arte, un estilista, cuatro ciudades (NY, London, París y Tokio), siete chicas y cuatro chicos juegan a inventar diferentes looks a partir de 250 pañuelos... Lo interesante de este proyecto es que muestra a la perfección el horizonte lejano que ha marcado los últimos años: el arte de contar historias (storytelling) + el consumidor como co-autor de las marcas (co-creación) + la experimentación con los complementos + una nueva feminidad global (que incluye también al hombre).

En el corto plazo: Llamamos “microframing” (siguiendo con su distinción) a la observación de fenómenos aislados que emergen con rapidez y pueden determinar una temporada... y variar la siguiente. Es el caso del auge de materiales ultra-femeninos como la seda, las lentejuelas, los estampados orientales, los bordados o la lencería de las nuevas propuestas para la próxima temporada. 

En la imagen (izda) la nueva colección de la diseñadora emergente Felicity Brown y Alexia Parmigiani, (dcha) que acaba de lanzar su site on-line: www.alexiafashion.co.uk.

El Colectivo Imaginario 

Son fenómenos globales propuestos por los mass media, con el consiguiente impacto que tienen en la vida de las personas, y que determinan los diferentes “estilos de pensamiento”... Y qué mejor ejemplo (y slogan) que éste:

En el mundo de la moda, son marcas que juegan con los cinco sentidos para contar sus historias, historias que resultan evocadoras, delicadas y sensoriales cuando uno piensa en ellas en el marco de “La ruta de la seda”. 

Primera imagen, la campaña de Kenzo para el 2010/011, 

Segunda imagen, Chanel Haute Couture, visto en Vogue Italy, Septiembre 2010.

El Genius Loci

Que traducido al castellano significa “El talento del lugar”, y hace referencia a las características culturales y comportamientos locales que determinan la forma en que adoptamos una tendencia. En la imagen, las protagonistas de Sex and the City 2, ¿... vestirían así en NY?

Un sistema complejo el de las tendencias, que corre el peligro de equivocarse cuando juega a la simplificación, y que sólo teniendo en cuenta sus múltiples variables logra hacer un análisis certero del escenario global.

Historias de seda

La moda ha vuelto su atención a lo cotidiano. Jugamos a mejorar nuestra calidad de vida, enriqueciéndola con historias del día a día. Por eso vamos en busca de “bienes creativos”, “relacionales, culturales, estimulantes, que requieren una experimentación y energía personal a la hora de ser apreciados” *. Materiales como el bordado, el encaje y las lentejuelas, la seda y todos los motivos que con ella pueden contarse, triunfan porque han dado con la medida perfecta que el mercado echaba de menos: un producto de valor, capaz de contar una historia. “El futuro de las marcas pasa por estimular correctamente al usuario, provocando en el consumidor una interesante experiencia de marca”. ¿Tú también lo sientes?

* Tibor Scitovsky “The Joyless Economy”.

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