El descubrimiento de la nueva tienda de Hermès, en el bohemio barrio parisino Rive Gauche, fue un amor a primera vista. ¿Las razones? Sin duda son varias. Por primera vez en su historia la maison ubica una de sus tiendas (un flagship store -dícese de la tienda insignia de una firma-) en el otro lado del río Sena, concretamente en el distrito de Saint-Germain-des-Prés. Sin duda una apuesta de la empresa que decide posicionarse más allá de sus ubicaciones tradicionales en la ciudad parisina.
Con una superfície de 2.155 m2 y bajo la batuta del estudio francés RDAI (quien firma todas las tiendas de la marca a nivel mundial) la tienda nace del concepto 3D: los volúmenes inundan el espacio y la sensación de movimiento y dinamismo es latente.
Como un encantador cuento de hadas, la nueva sede parisina fue construida en un edificio histórico que data de los años 30, y que antes contenía una piscina conocida como “Lutetia”. Donde antes había agua, hoy existen tres conos orgánicos que presentan la gama completa de los productos Hermès. Sobre toda la superficie del piso, mosaicos sugieren el brillante efecto del agua en tonos de gris y verde, con destellos de oro y plata.
¿Será una extraña coincidencia que donde está la nueva tienda de Hermès antes hubiese agua? Su mobiliario parece agua, sus construcciones de madera parecen cascadas monstruosas, y todo parece que sea un vaivén que tal como viene se va.
Si vais a París, no dudéis en ir a visitar esta tienda-museo, ¡es un placer para todos los sentidos!
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FOTOS: diariodesign.com
París
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