lunes, 1 de octubre de 2012

A FONDO: Dress Code

Después de las tormentas y tornados de los últimos días nuestro armario pide a gritos un cambio, asi que, en estas semanas en las que nuestro “trendstopic” particular es el trabajo, nos parece buen momento para revisar lo que se conoce por dress code”.
FOTO: Aunque parezca una exageración, el look playero es un peligro los meses de verano
Cierto que el término no hace referencia sólo a los códigos o pautas de vestimenta en el trabajo, pero esta semana nos referiremos a este aspecto tan vinculado a nuestro día a día.
 
FOTO: En elgunos clubs el dress code es más rígido que en la empresa más exigente

El hecho de que cada vez más empresas fijen unas normas, más o menos estrictas según los casos, sobre cómo deben presentarse a trabajar sus empleados no es algo libre de polémica. ¿pueden las empresas interferir en la forma de vestir de sus empleados? ¿no debería ser la libertad, matizada por el buen gusto y el sentido común, la única norma? Y qué decir de los uniformes… en los foros sobre el tema hay votos a favor y en contra con argumentaciones igual de convincentes.
FOTO: simplicidad y estilo, colores neutros... una carta ganadora
Si una cosa es clara es que, ni a fashionistas como a pasotas en temas de imagen, el debate les deja indiferentes. ¿Por qué? Porque nuestra imagen es parte de nuestra proyección interior, de lo que somos, y eso empieza a estar entre los temas “intocables”: el de nuestro YO, aunque sea en los aspectos más externos y superficiales.
 
FOTO: El tema no deja inferentes.
Para los más radicales anti-dress code  haría algunas reflexiones. No podemos obviar que nuestro "YO intocable" desarrolla su día a día en un entorno, y lo mismo que nuestro carácter se va modulando al estar en contacto con otros, nuestras maneras y vocabulario no son los mismos si estamos con amigos en la montaña o si estamos en una reunión de trabajo. No nos puede extrañar que nuestro aspecto, nuestro lenguaje personal a través de la imagen, también se adapte.Y eso no supone que dejemos de ser nosotros.
FOTO: Una prenda no siempre aceptada en el dress code laboral: los vaqueros
El grado de rigidez del dress Code varía según el tipo de empresa, precisamente por eso, porque el “entorno” de la propia compañía es diferente. Es lógico que las pautas sean más rígidas en empresas que proyectan constantemente su imagen a través de sus empleados, en contacto permanente con los clientes: abogados, consultores, Banca… Sus empleados son la cara de una compañía que debe transmitir seriedad, confianza, confidencialidad…
FOTO: Aunque d¡cada vez menos, en algunas empresas el grado de rigidez es alto
Las “.com” se encuentran en el otro polo: su contacto con el cliente es a través de la red, en ocasiones desde su propia casa. Y lo que de ellas se espera es creatividad, innovación, agilidad… también la edad media de sus plantillas es menor y todo hace que su dress code sea, precisamente, que no exista el dress code.
FOTO: El llamado Business casual se va imponiendo
Entre unas y otras hay una gama de grises en la que, tanto compañías como empleados deben encontrar ese punto de acuerdo, coherente con la identidad de la empresa y de los empleados. Y hablo de identidad a propósito. Si el vestido es una forma de lenguaje personal, el dress-code es un lenguaje corporativo, y como tal no debe ser arbitrario ni caprichoso. Definir el dress code de la empresa es definir un aspecto importante de “quien es” la empresa, y los empleados proyectan con su trabajo, pero también con su imagen, esa identidad.
FOTO: si tienes un buen trayecto hasta el trabajo, hay que combinar comodidad y estilo
En determinados puestos los uniformes son una solución, tanto para la empresa como para los empleados, pero no es válido para todos.
 
FOTO: Atrápame si puedes. Los uniformes con estilo son una gran solución
En mi opinión, el dress code es más fácilmente comprendido y aceptado cuanto más coherente es con el resto de elementos “simbólicos” de la compañía (misión, visión y valores de la empresa) y  cuanto más claramente sea comunicado a sus empleados. Por ejemplo, quien se acerca a una ONG para trabajar en ella, es lógico que sienta rechazo si su dress code estableciera un estilo excesivamente sofisticado o lujoso, incoherente con el altruismo de ese tipo de organizaciones.

FOTO: Mad Men. Una mirada a los 50 y su dress code laboral
La tendencia actual de las empresas es a la flexibilidad, tratando de no violentar la personalidad individual, pero estableciendo unas pautas mínimas que aseguren que no se violenta tampoco la imagen de la Compañía. Un campo interesante en el que todos, empresas y empleados, podemos aprender, aportar y mejorar.
Pero nos encantaría saber…¿Qué piensas tu del dress Code? ¿Cuál es tu experiencia?
Keep Trending!

 

 

3 comentarios:

  1. cecile, me has dado tema para tratar con mis alumnos el miércoles,puesto que confirma los códigos establecidos por el centro educativo..Siempre dáis en el clavo.Gracias Mariajo

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  2. me gusta esta flexibilidad, sí dress code pero adaptado a las circunstancias del trabajo, etc

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  3. Cecile, me ha gustado mucho tu reflexión, y comparto tu opinión sobre el dress-code. Me gustaría preguntarte: ¿y en un centro estatal?, ¿debe existir un dress code en una universidad pública, por ejemplo?, ¿cuál sería, o cuáles serían los mínimos?

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