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No se trata de un 'cualquier tiempo pasado fue mejor', porque en muchos casos hemos visto como justo lo que se pretende es romper con lo establecido; pero sí que sirve como punto de partida para reinterpretar los códigos de la belleza.
En realidad se trata más bien de una búsqueda; como la que hace el coleccionista entendido en el mercadillo. Busca con delicadeza y cariño esa pieza única, a veces ya gastada, que aportará ese 'no se sabe qué' a la identidad de su colección...
Las tendencias de esta temporada otoño-invierno 2012-2013 quieren descubrir y desvelar así los parámetros de la belleza real.
La estética vintage, que como ya comentamos hace un tiempo (ver post) comprende el periodo de los años '20 a los '70, se caracteriza por la exclusividad, la alta calidad y el cuidado de los acabados cuando hablamos de prendas de ropa; pero hay una parte emocional que hace referencia a la historia de esa prenda y de las manos por las que ha pasado que también echamos de menos e intentamos rescatar.
¿No os pasa? Cuando veis esas fotografías, esos anuncios publicitarios, esas películas... Tienen algo de exquisito y único muy difícil de obviar. Transmiten armonía; una elegancia objetiva, una belleza real...
Hace un par de años nos preguntábamos si las generaciones futuras tendrían esta misma sensación al observar la estética que nos rodea (ver post); yo creo que la tendrán porque el 'fast fashion' y la cultura del 'what's next' conviven con la delicadeza, el encanto y la creatividad de cada un@.
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