lunes, 4 de enero de 2010

El elemento diferencial 

Sucede en todos los campos, en todas las empresas, se dediquen a lo que se dediquen. La diferencia la marcan las personas que en ella trabajan. Y si hablamos del sector moda ocurre lo mismo, en todas y cada una de las fases del proceso.

Después de la agotadora campaña de Navidad y en vísperas de las esperadas rebajas de enero (¡con la que se les viene encima!) queremos romper una lanza en favor de un elemento de esa cadena: los dependientes de tienda. Elemento clave, y tantas veces olvidado, tanto por los empresarios como por los clientes.

Y difícil de conseguir. En esta Barcelona nuestra no hay más que darse una vuelta por los principales ejes comerciales para darse cuenta de lo buscado que está este perfil.

Todo el proceso empresarial acaba quedando en sus manos. Son la cara, las manos y la imagen final de diseñadores y empresarios. Pero en ocasiones no se les dedica el tiempo y la formación necesaria para que se identifiquen y transmitan la marca a la que dan voz.

Para aguantar los largos horarios, implacables incluso en fines de semana, son necesarias dosis de automotivación, aderezadas con toques de psicología y amor al "riesgo"…

La venta se puede comparar a un torneo , en el que no hay contrincante, si no que la victoria llega cuando “los dos ganan” (el famoso win-win). Empieza cuando el cliente entra por la puerta. Tras unos momentos de mútua observación, el buen profesional debe valorar si debe tomar las riendas y adelantarse o esperar que “el saque” lo haga el cliente. Ahí esta el primer arte. Observar y analizar ante quién estamos y, lo más importante, qué necesita de quien esta ahí para atenderle y cómo. Este momento, el del acercamiento, como si de una conquista se tratara, puede ahuyentar a nuestro cliente o ser el inicio de una relación idílica, y ¿cómo se consigue que los dos ganen? Vendiendo, sí, pero no cualquier cosa a cualquier persona.

Bien es verdad que en ocasiones vender se parece más a un deporte de riesgo, en el que no hay que perder la calma y la serenidad aunque los clientes lleguen al asalto, como si estuviéramos bajando unos rápidos de aguas salvajes. Aunque los compradores seamos en ocasiones impacientes, exigentes en exceso y hasta un poco tiranos, y aunque parezca que papel del dependiente es mínimo y no reconocido por nadie, pensad en el lema de un conocido Hotel de lujo de Barcelona que define su filosofía de trato con el cliente: “señores que sirven a señores”. Al final todos los trabajos son servicio, no nos engañemos. Y tanto dar como recibir un servicio nos hace “mas señores” en función de la actitud con que lo afrontemos.

Quien desarrolla con profesionalidad este trabajo gana el partido no sólo “colocando su mercancía” sino cuando consigue la satisfacción del cliente. Porque con aquella adquisición, además de ayudarle a cubrir una necesidad, conseguirá participar en la magia de hacerle sentir más guapa, atractiva y segura de sí misma. Tengamos más o menos claro lo que queremos, todos necesitamos sentirnos reforzados, confirmados en nuestras elecciones. ¡Cómo se agradece entrar en una tienda y encontrar quien te asesore con gusto y sentido común!

Y cuando en medio de todas estas circunstancias se consigue el objetivo… eso sí que proporciona un subidón de adrenalina que no comprende quien no lo ha experimentado, ¡¡¡sin necesidad de hacer puenting ni nada parecido!!!

Desde TrendsLab BCN os animamos a no dejar de buscar la excelencia en vuestro trabajo, aunque sea a base de grandes dosis de paciencia y, porqué no decirlo, de educación frente a actitudes que no lo facilitan. En realidad, diseñadores y empresarios, dependientas y consumidores de moda, estamos en el mismo equipo: el del estilo y la creatividad, el del reflejo de nuestra identidad a traves del atuendo. Y unos y otros debemos lograr que TODOS GANEMOS.

Gracias por vuestro trabajo!

Keep Trending!

(Fotos Bareknuckleyellow con licencia Creative Commons)

1 comentario:

  1. Me parece super interesante vuestro reportaje sobre el personal en las tiendas, es verdad que es una profesion poco valorada, pero en este mundo que vivimos cada vez mas impersonal y mas frio en el que casi todo se puede comprar por internet ,la moda es una de las pocas cosas que a las mujeres nos seguira gustando, ir de tiendas con amigas ,con hermanas, como terapia contra un mal dia, s mirar, remirar, probarnos y encontrar a alguien que nos aconseje ,nos oriente y nos mire a los ojos cuando le hablamos.
    En la tienda pequeña todavia se encuentra esto
    y es agradable que te conozcan ,que conozcan tu estilo y que te pregunten por tu hijo que ha estado constipado.Yo apuesto por el trato mas personal, por mimar al cliente y creo que es la mejor baza que tenemos las tiendas pequeñas contra las grandes superficies.

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