A FONDO: la verdadera belleza

Los cánones de belleza a lo largo de la historia han ido variando. De eso dan testimonio obras de arte de las distintas épocas. La Venus de Milo muestra los valores estéticos de la época clásica. Siglos después, ¿quién no se sorprende al ver a Las Tres Gracias representadas como icono de perfección en el barroco?

Al margen del valor artístico de la obra, las proporciones que se presentan ante nuestros ojos distan mucho de lo que hoy se acepta como imagen ideal de la mujer.

Más de un cirujano plástico tendría ya las cuentas hechas de a cuanto ascendería dejarlas “a tono”. No faltan ejemplos más cercanos a nuestros días. Otro ejemplo lo encontramos en el nacimiento de Venus de Boticelli... Y podríamos seguir.

Aunque menos conocido, me llamó la atención la representación de Las 4 estaciones de Maillol, que pudimos contemplar hasta hace pocas semanas en una exposición en La Pedrera (Barcelona). La primavera se presentaba en el cuerpo de una mujer adolescente, inacabada, camino de su plenitud. El verano (la plenitud buscada), estaba representada por una mujer con una silueta “redondeada”. Su vientre, sus pechos, no eran los de una adolescente, si no los propios de una mujer en la que la maternidad ha dejado su huella.

Los artistas reflejan su mundo interior, pero son hombres de su tiempo y la impronta de lo aceptado como bello en cada época queda reflejado en su obra.

Y hoy, ¿cuáles son los cánones de belleza aceptados?

No es que nos falten artistas, pero es que los medios de comunicación y la publicidad tienen tal fuerza que, si queremos saber cuál es el modelo de mujer aceptado hoy como “bello” no tenemos más que poner la televisión o abrir una revista y repasar las páginas de publicidad. Y cuando miramos esos modelos, al 99% de la población femenina nos entra un verdadero bajón… modelos pluscuamperfectos, inalcanzables, escultóricos… ¿Existen de verdad?, ¿es esa la única forma de belleza posible?

Pero como si de un oasis en medio del desierto se tratara, algunas marcas lanzan iniciativas que ofrecen otro punto de apoyo que permite observar la belleza desde otro ángulo. Es el caso de la marca DOVE y su campaña “Por la belleza real”.

¿Cuál es la verdad sobre la belleza femenina?

Dove recientemente ha realizado esta pregunta a 3.000 mujeres de 11 países para descubrirla:

• Sólo el 2% de estas mujeres se describe a sí misma como “guapa”, pero los datos son peores en nuestro país, ya que menos del 1% de las mujeres españolas se describe a sí misma como “guapa”. ¿Sorprendida?
• Alrededor de 3/4 de ellas, definen su belleza como “de la media”.
• Casi la mitad de ellas piensa que su peso es “excesivo”.

La pregunta más interesante del estudio me perece que es la siguiente:

¿Qué es lo que hace a una mujer sentirse guapa?

La belleza ha sido definida por cánones y estereotipos agobiantes y restrictivos y ha llegado el momento de cambiar todo esto: la belleza real se encuentra en la diversidad de formas, tallas y edades. “Mas allá de los estereotipos: reconstruir las bases de las creencias sobre la belleza”. La campaña busca dar un paso más en una definición más amplia de la belleza y ayudar a las mujeres a reflexionar sobre su autovaloración, su autoexigencia en términos de imagen y a ver su verdadera belleza.

Según la encuesta, un 42% de las mujeres españolas encuestadas afirman “cuando me siento menos guapa, me siento peor acerca de mi misma en general”.

Sin embargo, la belleza ocupa el 8º lugar en cuanto a los aspectos de la vida que les produce mayor satisfacción. Pero las estadísticas ofrecen datos que hay que interpretar… es verdad que la belleza no es lo más importante, pero es un elemento que potencia a los demás y, al mismo tiempo, se alimenta de la satisfacción que los puntos clave que nuestra vida nos proporciona.

Volvemos a la pregunta: ¿Qué es lo que nos hace sentir guapas? Fijaros que gráfico tan revelador.

Importancia para sentirse guapa (mujeres españolas encuestadas): ser amada está en primer puesto.

Parece que la conclusión es que si quieres ser bella, no te obsesiones con ello, ni con los modelos inalcanzables que te presentan los medios de comunicación.

La belleza es algo más profundo que un cuerpo perfecto.

Tenemos que cuidar nuestro cuerpo, nuestro aspecto físico pero sobre todo tenemos que cuidar nuestra capacidad de amar y de ser amado, de darnos a los demás y de ser capaces de recibir su donación y apreciarla. Cultivar nuestro cuerpo pero sin descuidar nuestro espíritu, que es lo que verdaderamente nos aportará el equilibrio.

Enhorabuena a Dove por esta iniciativa… Unimos nuestra voz a la suya. No hay un único modelo de belleza. Si así lo creyéramos restaríamos riqueza a la creación. Busca dentro de ti. Piensa, ¿qué me hace feliz de verdad, profundamente?, ¿cuánto tiempo le estoy dedicando? Busquemos el equilibrio, ser más personas y seguro, seremos más felices. Esa es la fuente de la belleza sin necesidad de bisturí.

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